lunes, 23 de octubre de 2006

Fundiendo los sueños con la realidad

Heme aquí de nuevo.

Acostumbrado a hablar (y narrar) pesadillas, y a vivir imbuído por la incertidumbre que me provoca el abismo de la nada (maldito Heidegger), cambiaré de registro por esta vez, y cruzaré el umbral hacia otro de los planos de este Multiverso, concretamente hacia uno más evasivo, heroico, idealizado y en definitiva, uno mucho mejor que el nuestro, la Fantasía.



En multitud de peligros, gestas, hazañas, aventuras, tragedias y comedias me he visto envuelto en los últimos tiempos, acompañado por diferentes personajes y situado en diferentes mundos, cada uno con sus vicisitudes, pero compartiendo bases comunes, plantillas que se repiten una y otra vez, fórmulas que parecen no desaparecer, que se reconvierten y se reinventan. Pues la fantasía, aunque a veces cueste de asumir, es producto de la imaginación del hombre, del ser humano, que siendo influenciado por leyendas, mitos e incluso por otras obras de fantasía anteriores, nos arrastran a unos mundos que ellos mismos tejen con más o menos precisión, y que nos atrapan de tal forma que podemos llegar a un estado de enajenación mental en el que nos sintamos personajes de ese maravilloso (o terrible) lugar, e incluso, que nos identifiquemos con sus protagonistas.

Y es que, en los tiempos que corren, tan deleznables, ominosos, despreciables, con una falta total de principios y donde el egoísmo y el conformismo imperan por encima de todas las cosas, es realmente necesario evadirse de vez en cuando, sea con estas embriagadoras lecturas o sea siendo el propio protagonista/narrador de éstas, en los heréticos juegos de rol. Aunque esa evasión también podría considerarse como algo egoísta e hipócrita, pues muy pocos tienen la oportunidad de evadirse de ese modo, e incluso no saben que existen formas de evasión para sus castigadas mentes.



Por todas estas razones, y otras que se escapan a mi absurda e ignorante razón humana, soy un egoísta e hipócrita seguidor de la fantasía épica, género que recibe extremas opiniones, de sobrevaloración o de infravaloración, pero que me permite aliviar, en cierto modo, este perpetuo estado de desánimo y depresión con el que coexisto cada día.

Así pues, pasaré a hablar por encima, ya que me he extendido demasiado con todas las estupideces que acabo de decir, de las obras, sagas y novelas de fantasía épica que me han marcado, me continuan marcando, y espero que me sigan marcando hasta el día en que las estrellas estén en posición (es decir, este es el punto de partida de este interminable mensaje, y que se ha alargado de forma desmesurada por las pocas ganas que tengo de estudiar, vamos).
Obviamente, no hace falta que diga que esta es una valoración personal, ya que a pesar de que puedo parecer muy radical en mi ideograma, soy consciente de que no soy poseedor de la verdad única y universal, partiendo de la base de que no creo que exista tal verdad y de que soy bastante simple a la hora de establecer razonamientos lógicos (siempre acabo recurriendo a que soy incapaz de explicar algo dada mi condición humana, sé que soy muy predecible y tedioso).

La fantasía, aislada de la razón, solo produce monstruos imposibles (Aquí tenéis una lista de mis monstruos particulares).



• EL SEÑOR DE LOS ANILLOS (J.R.R. Tolkien): Ni siquiera me atrevo a valorar esta grandiosa e imprescindible obra (quizá la más grandiosa e imprescindible de todas dentro de la alta fantasía), mis palabras están de más. Sólo diré, intentando apartarme de mi exacerbado fanatismo, que es la mayor obra de fantasía jamás creada, la epopeya que ha supuesto un antes y un después en la literatura universal y que ha sentado las bases de todo el heroísmo y la épica actual (al menos, lo he intentado). También, como no, he de hacer mención especial a la inmensa cosmogonía de la fantasía actual, El Silmarillion, el cual hace que la obra de Tolkien sea simplemente perfecta.

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO (George R.R. Martin): Aunque la crítica se empeñe en equiparar esta saga, la novela río más espectacular jamás escrita, a El Señor de los Anillos, lo único que tienen en comun es la doble R del nombre de los autores. Estamos ante una obra totalmente innovadora en el género fantástico, de unas magnitudes y unas espectativas tan altas, que podría llegar a convertirse en la mejor saga de todos los tiempos, considerando, sobre todo, que de 6 libros sólo se han escrito 3, los cuales están cosechando un éxito y tienen una calidad y una frescura sin precedentes. En esta obra podemos encontrar traiciones, crueldades, batallas, amor, sexo, brutalidad, romanticismo, heroismo, tragedias y unas sensaciones y emociones que ninguna otra obra de fantasía (exceptuando la anterior) me habían provado nunca (quizá sea por la maravillosa forma de Martin de utilizar la técnica de la elipsis, que siempre mantiene en vilo y en vela, al lector). Cabe destacar, a su vez, los personajes de esta monumental saga, que quizá sean el principal elemento para el éxito de ésta, ya que no encontraremos a ningun personaje que esté claramente situado en una posición de maldad o de bondad, esta posición tiene que decidirla el lector segun las actuaciones de los personajes, por lo que nosotros somos los que elegimos a los "buenos" y a los "malos" segun nuestro parecer, ya que, realmente, no se da ese maniqueísmo entre el bien y el mal típico de las obras de fantasía. Además, el mundo creado por el autor, y que se centra especialmente en Poniente, Las Ciudades Libres y el Mar del Verano está configurado a la perfección, con sus culturas claramente diferenciadas, sus religiones, idiomas, gentes, y demás aspectos relacionados con la idiosincrasia de un pueblo.

• CRÓNICAS DE ELRIC DE MELNIBONÉ (Michael Moorcock): Esta saga, unida a todo el creativo Multiverso creado por el autor, y con ese magnífico contexto de fantasía oscura, hacen que ésta esté siendo la saga más INFRAVALORADA y MALTRATADA de todas. Mientras la Dragonlance y Reinos Olvidados siguen sacando a la venta panfletos encuadernados con un contenido absurdo y predecible, la obra de Moorcock está totalmente descatalogada en España, y es una odisea poder acceder a uno de los libros de este imaginativo autor. Es una pena que no podamos disfrutar, en plenitud, del Multiverso de Moorcock, aunque siempre nos quedarán los archivos .pdf y la consecuente abrasión de nuestras retinas (¡SANGRE Y ALMAS PARA ARIOCH!).

• AÑORANZAS Y PESARES (Tad Williams): Los que acusen a esta obra de ser una burda copia de El Señor de los Anillos, estarán en lo cierto, pero se equivocarán en considerarla burda en vez de maravillosa. Esta obra recoge, sin pudor y con un gran acierto, influencias, no sólo de Tolkien, sino de la mitología celta, nórdica e incluso de la religión cristiana y la cultura europea y mundial en general. Se podría decir que Osten Ard, el lugar donde se desarrolla esta gran obra de fantasía, es nuestro propio mundo, nuestro injusto y gris mundo reconvertido en lo que muchos de nosotros nos gustaría que fuera. Por esto, y mucho más, es una obra de recomendada lectura.

• CRÓNICAS DE BELGARATH (David Eddings): En este increíble viaje, el autor nos transporta a un mundo donde la espada y la brujería cobran su mayor esplendor, y además, si a esto le añadimos que lo hace con unos diálogos que desbordan inteligencia por todos sus poros, y una ironía y un sentido del humor realmente trabajados, podemos considerarla como otro de los pilares básicos de la fantasía épica moderna (sin olvidar, su otra gran obra, las Crónicas de Mallorea).

• MUNDODISCO (Terry Pratchett): No sé si sería correcto considerar a esta serie de novelas como fantasía épica, sino más bien como una parodia, la mejor parodia que se podía hacer de ésta. Es por ello que es una alternativa muy recomendable para los que estén hastiados de tantos estereotipos fantásticos, y quieran leer otra forma de narrar la fantasía, una forma mucho más amena, graciosa, e incluso tan o más evasiva que la fantasía típica y tópica. Y es que la obra de Pratchett es única, irrepetible e inigualable, es tan adictiva como cualquier otra saga, y sin duda, la más ingeniosa y divertida de todas. Evidentemente, también tiene muchos detractores, tanto dentro como fuera del género, pero como diría el propio Terry, el problema de tener una mente abierta, por supuesto, es que la gente se empeña en llegar y tratar de poner cosas dentro.

• LA RUEDA DEL TIEMPO (Robert Jordan): Esta saga, interminable saga, es otro pilar básico dentro de la fantasía, yendo más allá de lo épico, y conformándose como otro plano alternativo al nuestro, con una serie de reinos y culturas totalmente ajenas, pero a su vez, muy parecidas a las nuestras, con su idiosincrasia y cultura propias, que siempre es un placer conocer y ver como interactuan y evolucionan. Quizá sea, junto con la Tierra Media, uno de los mundos mejor descritos y más completos de toda la fantasía. "La Rueda del Tiempo gira y las eras llegan y pasan. Lo que fue, lo que será y lo que es aún puede caer bajo la Sombra. Haced que el Dragón cabalgue de nuevo a lomos de los vendavales del tiempo."

• TRILOGÍA DE LYONESSE (Jack Vance): De fuerte influencia de la mitología celta y artúrica, lo importante de la trilogía de Lyonesse, no es la obra en sí, sino su autor, Jack Vance, el mayor exponente de ciencia ficción y fantasía que aun se mantiene con vida, y que, con esta obra sigue dejando patente su gran oficio como escritor del género, tanto fantástico como de ciencia ficción en general, y que hará las delicias de cualquier amante del Ciclo Artúrico, la mitología bretona y la fantasía épica en general.

SERIE DE TERRAMAR (Úrsula K. Le Guin): En Terramar, este reino de magia, fantasía y criaturas de leyenda, Ursula K. Le Guin desarrolla una serie de novelas de calidad extraordinaria, donde nos presenta unos personajes con sus virtudes y sus defectos claramente marcados, pero sobre todo, nos hace confidentes y espectadores en primera instancia de la evolución de éstos. Además, esta serie de novelas, al igual que el Multiverso de Moorcock, trata el tema del equilibrio de las cosas (en el caso de Moorcock, de la Balanza Cósmica), en plan taoísta (ya que la autora profesa esa creencia, y lo deja patente en sus escritos), lo cual hace aun más atractiva la saga ("Todo es un solo camino, aunque cada quien tenga un camino diferente.").

• SAGA DE GERALT DE RIVIA (Andrzej Sapkowski): Junto con Canción de hielo y fuego, la obra de este polaco de nombre impronunciable en nuestro latino idioma es la gran esperanza en la literatura fantástica de los últimos años. Con un estilo irrepetible y comprensible por cualquiera, una serie de valores y emociones que hacen vibrar al lector, una ironía que podría llegar a la magnitud de Pratchett y el realismo con el que se trata los conflictos emocionales de los protagonistas, hacen que esta saga se esté convirtiendo en el máximo exponente de la literatura fantástica europea. Lo que más impresiona de la obra es su protagonista, Geralt, un brujo que caza monstruos, y que, en vez de comportarse de forma arquetípica, como el gran héroe de la saga, es un antihéroe totalmente, con un comportamiento despreciable, cínico y carente de responsbilidades. Otro rasgo de importancia es el tratamiento del resto de razas que pueblan este mundo, que son las típicas de las novelas de fantasía, es decir, elfos y enanos, pero que no reciben el mismo trato y se describen del mismo modo, sino que se asemejan más a las tradiciones y mitologías celtas y nórdicas de las que proceden.

• LA HISTORIA INTERMINABLE (Michael Ende): Mi primer libro de fantasía, y el más especial de todos. Este libro, a quien lo lea, sea en su infancia, en su madurez o en su vejez, le marcará de por vida. Siempre que se lee La Historia Interminable, se puede llegar a sacar una conclusión distinta, es como si se leyera una historia diferente, que va variando, se va transformando con el paso de los años, pero que siempre contiene el mismo mensaje, el mensaje de la Fantasía como claro exponente de la imaginación humana, y que, por tanto, sólo podrá ser destruída por sus propios creadores, es decir, nosotros.



Bueno, ya sé que podría comentar muchísimas más sagas, ciclos, novelas y cuentos en general, pero mi amado y odiado compañero, Tiempo, no permite que me tome semejantes licencias, por lo que me limitaré a dejar una relación de títulos de novela fantástica por si mi aburrido lector quiere profundizar más en materia.

- Conan: Robert E. Howard
- Cuentos del Lobo Blanco: Michael Moorcok
- Trilogía de las Espadas: Michael Moorcock
- El Bastón Rúnico: Michael Moorcock
- El Campeón Eterno: Michael Moorcock
- Dune: Frank Herbert
- Crónicas de Mallorea: David Eddings
- El Elfo Oscuro: R.A. Salvatore
- Crónicas de la Dragonlance: Margaret Weis y Tracy Hickman
- Ciclo de la Puerta de la Muerte: Margaret Weis y Tracy Hickman
- Espada de Joram: Margareth Weis y Tracy Hickman
- El tapiz de Fionavar: Guy Gavriel Kay
- Tigana: Guy Gavriel Kay
- Ciclo Pendragón: Stephen R. Lawhead
- Bizancio: Stephen R. Lawhead
- Myst: Randy Robin Miller
- Crónicas de Narnia: C.S. Lewis
- La Compañía Negra: Glen Cook
- El Maestro y la Margarita: Mijaíl Bulgákov
- Corazón de perro: Mijaíl Bulgákov
- Titus Groan: Mervyn Peake
- La Serpiente Uróboros: Erick Rucker Eddison
- Bosque Mitago: Robert Holdstock
- La Espada de Welleran: Lord Dunsany
- Cuentos de un soñador: Lord Dunsany
- La hija del rey del país de los elfos: Lord Dunsany
- Volkhavaar: Tanith Lee
- El Señor de la Noche: Tanith Lee
- Aquasilva: Anselm Audley
- Olvidado rey Gudú: Ana María Matute
- Crónicas de Thomas Covenant, el incrédulo: Stephen R. Donaldson
- La Necesidad de Mordant: Stephen R. Donaldson
- Momo: Michael Ende
- Crónicas del Señor de la Guerra: Bernard Cornwell
- Arqueros del Rey: Bernard Cornwell
- Baudolino: Umberto Eco
- Las Crónicas de los Inmortales: Wolfgang Hohlbein
- Memorias de Idhún: Laura Gallego
- Gestas de Malaz: Steven Erikson
- La Fuerza de su Mirada: Tim Powers
- La Espada de Fuego: Javier Negrete
- La Odisea: Homero
- La Ilíada: Homero
- Ficciones: Jorge Luis Borges
- Las Armas Secretas: Julio Cortázar
- Las Nieblas de Avalón: Zimmer Bradley
- Harry Potter: Joanne K. Rowling
- Los Hechos de la Vida: Graham Joyce
- El Secreto del Bosque Viejo: Dino Buzzati
- Las Ciudades Invisibles: Italo Calvino
- La Colina de Watership: Richard Adams
- El País de las Risas: Jonathan Carroll
- Cuentos del Reino Secreto: Jose María Merino
- Las Historias Naturales: Joan Perucho
- Kalpa Imperial: Angélica Gorodisher
- El vino del estío: Ray Bradbury
- La estación de la calle Perdido: China Miéville
- La Materia Oscura: Phillip Pullman
- Serie de Fafhrd y el Ratonero Gris - Espada y Brujería: Fritz Leiber
- Canción de Albión: Stephen Lawhead
- Ivanhoe: Walter Scott
- El mundo perdido: Arthur Conan Doyle
- La Espada rota: Poul Anderson
- El Señor del Tiempo: Louise Cooper
- La Puerta del Caos: Louise Cooper
- Máscaras de Matar: Leon Arsenal
- El verano del pequeño San John: John Crowley
- Pequeño, Grande: John Crowley
- Edda Mayor y Edda Menor: Snorri Stúrluson
- Kalevala: Elias Lönnrot
- El tapiz de Malacia: Brian Aldiss
- El perfume: Patrick Süskind
- Siete pecados capitales: Milorad Pavic
- Dudo errante: Russell Hoban
- Fremder: Russell Hoban
- Libros de Dilvish: Roger Zelazny
- Viajes al otro mundo: Howard Phillips Lovecraft
- La Guerra de las Salamandras: Karel Capek
- La Espada de Shannara: Terry Brooks
- Crónicas de Prydain: Lloyd Alexander
- La Princesa de las Llamas: Ru Emerson
- Alexandros: Manfredi
- El Reino de los Dragones: Richard A. Knaak
Y un largo y sempiterno etcétera...

En líneas generales, he hablado de las sagas que considero más importantes, siendo consciente de que la Dragonlance, aunque me pese, posee una gran importancia en la fantasía actual, pero como soy un pequeño engendro despreciable, omito cualquier tipo de información acerca de ella (con lo que quiero decir que antes de leer cualquier libro de la Dragonlance, incluso las Crónicas de la Dragonlance, tendréis que haberos leído todos los libros y sagas de la lista para poder tener una opinión fundamentada y consciente de esa saga de libros que tanto detesto).

Para finalizar, me gustaría volver a mencionar la saga Canción de Hielo y Fuego como principal recomendación literaria de este artículo producto del tedio estudiandil y el calor pseudo-veraniego debido al efecto invernadero (en Osten Ard, ¡seguro que no pasan estas cosas! y en Poniente, ¡los veranos y los inviernos duran años!).


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